viernes, 24 de octubre de 2014

PEREGRINAJE AL SANTUARIO DE TUS IMAGENES


Tus imágenes me arrastran a la turbulencia de los deseos, las observo una a una con el sabor de lo poseído, de lo que un día se disfrutó con la vehemencia de la piel incendiada, los múltiples reflejos de la luz sobre tus mullidas palomas, la tierna rugosidad de sus aureolas, la prominencia carnal de tus tetes, esa suavidad ondulante de tus pechos ávidos de mis labios, mis ojos se envician en la convexidad incitante de tu pubis, en la trama sexual de tus vellos oscuros, rozan y acarician los territorios que confluyen a tu nido, estremecidos del aroma de su cercanía inminente, de la humedad que se intuye como el vaho de lujuria de una flor abierta esperando, desesperados se insertan en la visión de tu verticalidad ansiada por la erección del ídolo que late en mi entrepiernas, te miro absorto sobre el lecho desnuda impúdica lujuriosa, allí sobre el satín de tenue rosado perlescente del cojín de flores bordadas, los muslos ampulosos y mórbidos, el nido como un fruto maduro y jugoso, tus dedos ahí hurgando rebuscando explorando buscando el goce onanista con un delicioso desparpajo, la mano con el consolador duro e inhiesto, ensimismada en el sensual desespero que deviene en sexuales desatos, en una excitante díldica inserción, repaso nuestro ardiente pasado imbuido en las imágenes de tu sagrado y secreto santuario, en el templo donde guardo los paisajes del paraíso de tu cuerpo en sus exhibicionismos y calenturas, donde realizo los continuos peregrinajes masturbatorios a tus desnudeces que solo yo poseo, Amo y Señor de tus lúbricas locuras, hogueras llamas brasas del eterno fuego que me consume. 

1 comentario:

Cinzia Reinuaba dijo...

Muy buena prosa, despiertas deseos y sueños aunque el rosado es más angelical que sensual... Mis felicitaciones.