Te buscaré en el silencio del
atardecer como tu potro amante buscándote en los prados y en los ramajes de
sombras frescas sobre el agua mansa. Sentirás mis besos urgentes en tu espalda
seduciendo tu voluntad amarrada a la tranquera del pudor ya inútil, el roce
continuo de mi virilidad sobre por entre tus glúteos, el miembro punzando
incesante. Cabalgaré mis erguidos deseos machos sobre las relucientes ancas de mi
potranca deseada, jinetearé bestial y desesperado en dura penetrancia sus
desesperos de hembra receptiva. Corcel potro padrillo semental bufaré los
instintos atávicos que nos atan en el cubrimiento denodado y urgente en los
vastos potreros de las fantasías ilimitadas. Gemirás en medio de la hoguera que
nos consumirá entregados al sueño de poseernos, gemirás cuando te cubra sobre
la grama fresca de tus antiguos recuerdos, gemirás entre los tiernos arrullos
de tu potro que serán dulce música en el jardín de tus ansias. Curvaré mi
cuello sobre tu hombro, elevaré mi falo sólido e insertante cubriéndote piel a
piel lúbrico y encelado, permanecerás quieta esperando que hunda profundo mi
lujuria en tu abierta lascivia floral, humedecida latiendo con el ritmo
ancestral de los campos floridos. Sentirás la hondura animal de la cópula como
un oleaje derramado en tu interior succionante y engarzados en esas bravuras de
macho y hembra seremos purificados por los cristales genuinos de los puros
instintos. Serás mi potranca en mis sueños recurrentes, apareándonos allá en los
pastos largos y las aguas claras, en la vegetal intimidad de los bosques, y en
la tibia comarca del lecho.
viernes, 3 de octubre de 2014
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