Intenso rojo furioso con una
franja de vuelos negros para romper la sensual monotonía y con delgados
breteles para remarcar en sus delicadas líneas la voluptuosidad impresionante
de tu piel extensa desnuda en los hombros y el escote y los brazos. Rojo de
intensidad en desparpajo, pudoroso y juguetón, sicalíptico rojo mañanero, roja
incitación a onanistas derechuras, rojo eternizado ahora en la memoria como un
procaz tatuaje sexual o una dulce herida sangrante o el hierro candente que yerra
tu posesión sobre el macho en celo perpetuo. Allí sobre tu pálida dermis todos
los rojos posibles, el de la sangre de los toros vertida en las sangrientas
arenas del burladero del lecho por la mantis taurina en la suerte suprema de la
cópula ancestral, los rojos de los atardeceres antes de que encallen en ti las
naves de los deseos, los rojos de las amapolas heridas de sexo en los paramos
del vicio, el rojo de las deliciosas cerezas y frutillas con sus sabrosas
reminiscencias a los sabores de tu vulva madura y jugosa, el rojo de las rojas manzanas
del pecado, el rojo de la roja lujuria de mariposas que provocan masturbaciones
y orgasmos. Tu mano aferrando el teléfono blanco como a un cuerno fálico que supone
expone incita a imaginar tu mano aferrada al miembro que refulge en su erección
inevitable. La cadena de frío metal con el brillante también refulgiendo en tu
cuello como una estrella iluminando la amplitud de tus pechos. Tu rostro serio
en contraste con la algarabía del rojo y la desnudez incipiente que promete sin
cumplir los voyeristas deseos del fauno extasiado en la visión del erótico
destello de tu cauto exhibicionismo de todos los rojos posibles.
viernes, 24 de octubre de 2014
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1 comentario:
Los rojos son fascinantes sobre todo a la hora de dormir... que me fascinan porque provocan e incitan al deseo y la pasión...
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