Se niega pudorosa recatada
temerosa, se esconde oculta en un continuo sin rostro, ni baño ni espejo ni
pelitos púbicos asomando, ni dormido pezón sorpresivo, se vela en las
penumbras, en extrañas imágenes intraducibles a los depravados lenguajes
eróticos del sátiro fauno que la cela y acecha en el breve cristal de la lente,
se reprime quizá, se excita en la segura distancia detrás del rectángulo de óxido
de indio y estaño, ese vidrio cómplice que la exhibe como si no fuera ella. Pero
se expone en sangriento rojo satinado, en un triangulo perlescente de púbico
carnaval, escarlata bikini provocante, vulva oculta, pubis mullido, muslos
desnudos y piernas cruzadas, el interior suave del muslo se eleva inquietante,
voluptuoso, soberano en su delicada sensualidad que se besó lamió ensalivó en
las tardes que huían hacia el crepúsculo en los altos deseos del castillo, la
manchita lunar arriba como una luna lunera cascabelera y lejos alejándose sobre
la blanca sábana la pantorrilla y el pie de uñitas pintadas, las carnes pálida
en su excitante impudicia, el silencioso exhibicionismo de la iridiscencia
bermeja que anida entre sus piernas muy juntas en masturbatoria actitud de
avergonzada conventual, furioso bermellón esplendente que deslumbra en lo que
encubre, ese olor de hembra, ese sabor misterioso e indefinible que envicia
boca labios lengua sin nunca llegar al hartazgo. Se niega pero se muestra
coqueta y desafiante en una sola imagen para no hastiar al erecto tenso macho
hambriento, sin oír la vox populi, egoísta
malamiga, sin respetar el bíblico Eclesiastés me va dejando hambriento mañanero
en su soberbia o timidez de musa no misericordiosa.
martes, 30 de septiembre de 2014
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1 comentario:
JAJAJAJ bellísimo, me gusta ser tu musa recataday pudorosa.
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