Te voy pensando hacia la noche,
voy sobre tu pelo negro noche en vuelo enredado en tu perfume, despliego mis
besos a tu boca, sobre el amor me cito adormecido en tu cadencia floral de
doncella, en la altura solemne del amor, en el oleaje que socava mi silencio
para que mi voz te toque y cierre tus ojos ante el susurro y la caricia, sobre
la luz lunar y su sosiego yazgo en la grama de tus ternuras, en verbo, sonido,
imagen, reflejo, te voy dibujando por el atardecer entre arreboles y pájaros
silentes, entre flores dormidas y tiernas lejanías, entre tu amor y mi amor lo
nuestro cruza el nocturno de tus labios para que yo me sueñe en tus brazos. Negruras
de tu cabello, negro nocturno y perfumado oleaje de suaves oscuridades, cascada
de relucientes antracitas, hilos de fino azabache entretejidos por finos hilos
de blanca luz lunar. Brillos de sedosas obsidianas, sombras y penumbras
derramadas, sensual vaivén de negra cabellera, suavidad de hebras ennegrecidas,
delgadas y largas joyas hiladas por tu mano y el peine, tu pelo. Anoche en ti
dejé tu boca encendida por toda la noche para dormir iluminado por tus besos, para
arder en tus fuegos y quemarme a fuego lento en tus brasas, la noche fue tibia
entre tus brazos devorado por tus ternuras, acariciado por tu voz susurrada,
inserto en tu cuerpo como un niño asustado dejé que tus manos revocaran la
incertidumbre del insomnio y borraran la soledad de la distancia.
sábado, 24 de enero de 2015
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