Donde te ocultas de
mis ojos sátiros si te busco por el bosque y solo encuentro tu aroma escondido
en los geranios, y tu sabor en la ultima mandarina que dejó el otoño, y la
corto para saborear tu secreta dulzura en el borde de mis labios sedientos de
ti y la abro como sueño abrir tu vulva es sus gajos carnosos, y chupo todo tu néctar
con sagrada fruición, y después me relamo los labios buscando los deliciosos
vestigios de tu sexo en ellos. Me excitas con cada una de tus excitantes
flores, la heliconia, las bordadas en tus bragas y la flor vertical de tu vulva,
las flores del maranguango que me asoman
al paraíso donde me atrapaste ahí entre tus senos y tu sexo, en ese territorio
donde ando ahora extraviado entre tus piernas ebrio de tus delicias como un
fauno empalmado. Y pongo mi tu pene encima de tu vulva rozándonos sin
solución de continuidad y quieres chuparlo tirada de rodillas ante mí y lo
lames todo y le pasas tu lengua y lo hueles rico hincada en el pasto y me montas
rajada de piernas encima, mirándome a los ojos con tus ojos voraces y lo pones
en tu boca para metértelo hasta la garganta y exprimirlo y succionarlo y mamarlo
hasta estrujarlo y sacarle toda la leche como una loca ahí pegada y lo restriegas
por tu cara y por tus senos y lo llevas otra vez a tu boca y lo aprietas entre
tu lengua y tu paladar y chupas y chupas con deleite y lo sientes duro y gimes mucho
y chupas y eyaculo en tu bocadentro y te tragas todo mi semen hasta dejarme seco,
exangüe, absorbido y te retuerces toda absorbiendo todo lo que cayó afuera y
lames la puntita por la ultima gotita y estás toda mojada y te lamo para
secarte y saborearte entera hasta que se fue el sol dándote besitos en tu clítoris.
Nota.- En cursivas los
ecos de su voz.
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