Vivir en la misma
locura compartiendo las ansias erectas y las hambres abiertas, para devorarte
desde tus mismas entrañas, tú mojada de agua y deseo y yo lamiendo esa humedad
profana hasta saborear la ultima gota alborotada de tu vulva, que miro y me
erecto imaginando su sabor, su humedad, su aroma, la sensación de mi glande
entrando en ella, sobándolo afuera primero y tu chupándolo después, sentir tu
boquita en mi pene lamiendo como una loca arrebatada hembra inconclusa. Tragarte
de noche a media luz como un monstruo abarcante y dejar que me tragues entero
en penumbras como una vúlvica anaconda. Morderte los labios en un beso salvaje
que te haga estremecer y hervir en una excitación irresistible, morderte el
lóbulo de tu oreja derecha y luego beso por medio el de la izquierda, morderte
los pezones uno y otro con la ternura viciosa y sexual de un incestuoso macho
niño, morderte los otros labios cada uno de tu sexo, morderte con la misma
intensidad de tus deseos, succionar cada dedito de tus pies, uno a uno, y los
dedos de tus manos con sibarita fruición, chupar los botones de tus senos
abarcando incluso sus apetitosas areolas, acariciar la anchura lasciva de tus
caderas, sobar la suavidad sedosa del interior de tus muslos, rozar con lúbrica
delicadeza el capullo vertiginoso de tu clítoris, tocarte con mis verbos como
una flor imposible, tal como eres tú para mí, habitarnos en este universo
virtual y transparente, invisible, donde solo se perciben las emociones a
través de estas palabras que te queman los ojos y se vierten en las aguas lechosas
de mi inevitable eyaculación.
viernes, 1 de julio de 2016
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