“El vello pubiano
femenino es obvio que contribuye a reforzar el arcano”. Cunnus: Represión e
insumisiones del sexo femenino. Alberto Hernando, 1966.
El suave y mullido
musgo de tu pubis posee las lujuriosas nostalgias de aquellos días sin lluvia,
los sabores perdidos de chocolate menta y los tañidos vehementes y liberadores
del campanario en la quieta soledad de tu altísimo castillo, esa roca
inexpugnable que bajó su puente tres veces escasas para que el fauno pervertido
alcanzara a conocer (*) los bordes gratamente libidinosos de un complejo
paraíso, esos vellos púbicos contienen en su ralo paisaje los perfumes
concentrados de tu sexo, los sazones incitantes de la rosa abierta de tu vulva,
y el tacto blando y empapado del voraz molusco sexual que se esconde pudoroso
en tu entrepiernas, allí donde convergen las imponentes suavidades de tus muslo
en una impúdica tijera de abrazantes carnes abrasantes. Y ese oloroso tejido de
oscuras pelusas se extiende salvaje y desordenado por tus ingles avanzando rumbo
al cuenco sabroso de tu ombligo, y por las tiernas orillas de tu vulva, por
esos sitios donde mis asedios de macho erecto llevaron mis labios lengua dedos
nariz a explorar las regiones de tus íntimas sensaciones mientras oía allá
arriba el rumor excitado de tus quejidos, tenue maraña o delicada felpa que
crecerá quizá en perpetuo secreto también en los perturbadores rincones de tus
axilas. Mata de vúlvicos líquenes, en cuya su dispersa espesura anidan
palpitantes las trancas de tu voluntario celibato y tus castos pudores y tus
egoístas recatos, solo los dichosos ojos de un ungido voyerista pueden visualizar
sus rizados misterios ocultos. Ah! pilosa champa arrebatadora, como deseo separarte
sutilmente con mis dedos, llegar a tus raíces con mis yemas (i). Deja
vagar mis dedos en el musgo donde el botón de rosa brilla. Déjame, entre la
hierba clara, beber las gotas de rocío (ii).
(*) “... y en
insaciada exploración, mi labio bajó al umbroso edén de los edenes mientras sus
piernas me formaban una corona de impudor sobre las sienes...”. Miguel
Rash-Isla.
(i) Oda al vello
púbico. Felbarsal, 2012.
(ii) Obras prohibidas:
amigas, mujeres, hombres. Paul Verlaine.
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