No me alejo de tu cuerpo, de su
desnuda exuberancia, del morbo provocante sin expiación ni retorno que desata
su blanda palidez en esta mañana donde solo habitas mi memoria, juegas con el
silencio excitado de la voz que acontece susurrando una sutil lujuria desplegada
y titilante. Permanezco entre tus pechos aferrado a tus pezones succionando su
carnalidad en imagen fascinado, me desmiembro erecto duro manoseándome
masturbatorio ante tus poros exhibidos, en pecado sobando mi penetrante
virilidad erguida en tus honores de hembra deseada, de chúcara potranca en
celo, olfateando el aire sobre la grama impregnada del aroma persistente de tu
vulva abierta y ofrecida, voraz flor carnívora que me atrae vertiginoso a las
honduras del fornicio. Porque tú me inspiras tiesas consistencias, me provocas
ternuras, desates, deseos, lujurias, perversiones y sublimes cercanías
impetuosas, porque ya me envicié tanto contigo que me haces falta a cada rato
del día largo y de la breve noche, y quisiera estar siempre sabiendo de ti,
donde estás, que haces, si me piensas, si te falto, si me deseas, si tus manos
me reemplazan pecadoras en tus senos y en tu pubis, en el dedeo del frote
circular en tu clítoris y en el dedo que chupas con los ojos cerrados. Calentona
te insertas en mi vicio espejo, en esos secretos juegos inefables que te
estremecen o te avergüenzan, que te ruborizan o te arden en el pudor de tus
ojos, entonces, insertada te monto te jineteo te sifonéo te penetro entero
erguido y punzante, te poseo entera por tu húmedo norte y por tu ceñido sur, te
hago mía sin piedad ni remordimiento, me meto dentro de ti como un hierro romo
y candente, te someto a mis pervertidas imaginaciones y eyaculo en tu sexo
hambriento como un animal desesperado antes de que cantes tu orgullosa retirada.
martes, 28 de abril de 2015
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