jueves, 23 de abril de 2015

LOS ESPEJOS OTROS


“Como un espejo a tú lograrlo”. A.M.C.M

Duros cristales azogados por los arcanos e íntimos instintos, metáforas de lo innombrable, de la pequeña realidad o la natural decadencia, imagos de lo que no es y debería serlo, de lo que gustaría por sobre de lo que es, reflejos gratamente deformados, visuales sublimaciones del atrevimiento negado, erguidas cobardías, succiones imposibles, rotas presunciones y vedada jaula de voraces demonios insaciables. Vidrios que repiten equivocados, que calcan aumentando más allá de la mera aspiración o la nítida ilusión, tensas refracciones imponentes, atrevidos reverberos de fálicas imaginaciones, egregios rebotes codificados hasta intraducibles alegorías de ese túmulo oculto en las cloacas del pervertido deseo. Controladas  locuras o secretas estimulaciones tentativas. Imágenes del bosquejo anhelado, de las torturas del enclaustrado o de las oscuridades del armario que guarda ancestrales ritos castigados por el fuego y la sal. Símbolos de lo no poseído, ficciones de ilusorias carnes encarnadas, tropos, gozosas comparaciones insensatas o sublimes, representaciones del no ser y sus duras consecuencias. Sacrilegios que son tributos a los excesos, pecados nonatos, memorias borradas y a la vez premoniciones de un acto que nunca se consuma, rectangulares lunas sin rostros que buscan el rostro del cautivo, enmascarado, extasiado. Ídolos, efigies obelísticas que inspiraron antiguas esquelas escritas para la que enredó al redimido, al liberado y al fin comprendido. Literaturas, espejismos del énfasis y la elipsis, del habitante encarcelado en la confusión, en su propio enigma priápico, bifurcación entre la posesión y la utilización, uso y abuso, deleite, vergüenza o dolor, goces inalcanzables, quizá. Colecciones, licuaciones, obliteraciones, sensaciones, elevaciones, tentaciones. Nada más que espejos, solo eso, espejos que no reflejan la breve realidad.


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