“... espero complacerte con una foto
tipo Playboy” Gaby
La previa. La mañana se arrima fría con
presagios de poca lluvia, miro el jardín de la rosas y espero, el tiempo fluye
lento como el agua en una clepsidra, si hasta me parece ver como van
floreciendo las últimas rosas del otoño. En esta espera ansiosa me imagino lo
que vendrá, quizá tus amplios pechos desnudos dibujados en el azogue, tus
pezones refulgiendo sobre las suaves dunas reflejadas, quizás tus piernas
asomadas bajo la camisola pudorosa, talvez sea la anhelada pero difusa imagen
de tus vellos púbicos detrás del gélido cristal, o por gracias de tu voluntad
excitada: tú de pie frente al antiguo espejo, desnuda total cubriendo tus senos
y tu pubis con tus brazos y manos en un ceremonial de lujurioso recato. El
juego. Me he declarado en estado de espera... Esa imagen en el espejo... puedo
hacerlo? Sí puedes! atrévete! Continúa tu escrito... espero... Para seguir
necesito tus imágenes! Y...? sigo inmerso en la esperanza... eso no puedes negármelo...
Continúa... no pierdas tiempo hablando... escribe! Necesito tu inspiración
visual! Escribe...! Manda fotos...! Me estás mostrando tu lado lúdico o sádico?
eres cruel, me asombras... creía conocerte bien... Y nada! pero seguiré
esperando... y esperando... Amanece... y continúo en la espera sin esperanza...
Llueve con una nostalgia de niñez feliz, y yo espero... Y es tan fácil, estas ahí
frente al espejo... La espera. Ansioso y expectante en un jardín de dudas e
incertidumbres, la contingencia florecida del deseo, nada, quizá la espera es
en vano, inútil.
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