domingo, 24 de abril de 2016

CALZONCITO INCRUSTADO


“Es necesario que el narrador se disuelva, se quite de en medio”
Sara Mesa, escritora finalista del Premio Herralde 2012

Las negras bragas perfumadas por tus íntimos líquidos, por esa densidad sexual e insabora que humedece labios lengua glande verga, negro bordado que bordea incrustado en el ojal vertical de tu sexo ansioso, difusa visión que crispa la mano masturbatoria. En lo obsceno es cuando el espíritu se desnuda y se va al interior, a lo profundo, en medio de la tarde abres tus piernas y me invitas seductora y lasciva a adentrarme en ellas, en ti, en el halo de fuertes feromonas que me erectan endurecen desesperan por tenerte al alcance de mis manos lengua labios verga. No la alborotada melena de trigos maduros y suaves oros en guedejas sino la gruta insinuada que un tejido —seda breve— esconde y bajo crespo vellón ensolerado mas se oculta —la gruta donde la sirena esa —la coralina boca dragonaria— ¿quién la pudiera escribir? (i), escribir describir desear lamer penetrar para llevarte con los ojos cerrados, la boca entreabierta y las manos apretando las sábanas de tu lecho hasta los luminosos abismos del orgasmo oyendo la melodía excitante de tus grititos y quejidos, y sentir el sofoco y los estertores del goce sublime y carnal que te inunda entera. El negro encaje que bordea tu turbulenta fuente del placer fálico, red, malla, filigrana, telón de los artificios de tu vulva, oscuro cortinaje que oculta el surco de los cuatro labios verticales, el cauce vórtice vértice succionante que ha engullido duros príapos y ha disfrutado mojadas lenguas lamedoras, contraste inquietante y lascivo de la oscura suave tela y la rosada carne trémula. Calzoncito oloroso a ti que me incita al ansioso onanismo que solo se rinde ante la chorreada eyaculación.

(i) Polifemo contempla a Galatea. Haroldo de Campos, 1999. 


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