Para AM, amiga y
cómplice
Tu sonrisa posee la
grata sensación de una sensual quietud y tus labios la invocación a los húmedos
besos mordidos, en tu negro pelo que se derrama como un oscuro oleaje están las
tentaciones de la caricia que se enreda entre los dedos, y bajo el vistoso
celeste se vislumbran por el deliciosos escote las dulces y ampulosas grandes
lunas llenas de tus pechos. Toda tu piel morena despierta un hambre de dulces
lujurias y las vivas obsidianas de tus
ojos destellan iluminando oscuros deseos. El rosado y negro de tu playera
dibuja con voluptuosas curvas las amplias combas de tus amplios senos que mis
manos imaginan en su suave blandura como los frutos de tu voluptuosa madurez, y
mis ojos imaginan las grandes monedas carnales de tus pezones donde mis labios
sueñan succionar el dulce jugo de tu sexualidad. Miro tu imagen y alcanzo a
saborear la tibia canela de tu piel, huelo tu incitante aroma de mujer, me
deleito en el sabor de tu miel, clavo mi lasciva mirada en la colorida tela de
tu apretado pantalón strech y comienzo con lento deleite a dibujarte desnuda en
mis obscenos instintos, las curvadas lisuras de tus muslos, las mórbidas
combaduras de tus nalgas, el negro y perfumado musgo recortado que crece en tu
pubis, allí donde florece oculta y palpitante la húmeda rosada rosa de tu
vulva. Entonces me voy por el canto de cobre de tu piel hasta tu íntima hondura,
y en verso y roce te despierto a mediodía como hembra estremecida esparciendo
mí aliento quemante a lo ancho y alto de tus pechos llenos, y te voy surcando
erecto a lo largo de tus piernas, todo hacia adentro hasta la flor de tu sexo
abierto que me espera ansioso en su ávida humedad.
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