domingo, 1 de diciembre de 2013

SUAVELENTOINTENSO (Topologías de ti)


Un día, de lluvia, te voy a poseer con los ojos y ahí recién sabrás quien soy, solo ahí, con los ojos, y beberé un sorbo de ti para paladear tus deseos sin tocarlos, y te seguiré sorbiendo sorbo a sorbo como un vicio imperioso, necesario, imprescindible, sentirás entonces que suavelentointenso te irán apareciendo las maripositas cada vez más revoloteadotas porque son las yemas de mis dedos, mis labios, la puntita de mi lengua que te recorren lujuriosas y sabrás que ya soy dueño absoluto de tu piel hacia adentro porque lo que hay afuera del nosotros no me importa, y luego besaré tus manos subiendo hasta la parte interior del codo ida y vuelta, besaré y lameré una y otra vez hasta diluir en mí esa gotita de parfum que te habrás puesto en las muñecas para vivir en carne propia la posesión y la intensidad y te llevaré y traeré dormida como en un tango copula consumación, me sentirás en tu piel rozando besando lamiendo circulando y deslizándome por tus brazos desnudos, mientras atrapo cada partícula tuya para ponerla en mi boca, ensalivarla y volver a ponerla en ti y así vayas siendo mía de a poquito, completamente mía, dejándote fluir, sintiéndome ahí bajo las sabanas para que puedas hacer como que no estoy y dejarte fragmentar en dulces pedacitos y te pueda poseer partícula a partícula en la lenta intensidad de esa tarde de lluvia, o pensándolo bien quizá no será necesario esperar las lluvias porque a veces llueve solo en el corazón en tormenta, en el alma cuando esta nublada y en la carne trémula cuando esta encendida, y pueda decidir antes donde te pongo, saber como te abarco entera, aunque seas alérgica a mi perfume, a mi saliva, a mi sudor, a mi olor natural y a mis savias elementales y vaya dejando una marca donde te bese o lama tanteando lo que te gusta y lo que no, como explorando suavelentointenso los derroteros de tu cuerpo, compenetrándonos sin limites pero buscando el placer del otro, sin apuros, con delicadezas de amantes eternos hasta que me digas tu rendición calladita al oído y yo te siga besando hasta hacerte llorar bendiciendo la lluvia.

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