En pensant à la Comtesse impalpable
Jugaríamos al sin tocar, sin
palpar ni manosear, no a las caricias ni los sobajeos, como si no estuviéramos
ahí frente a frente, desnudos excitados hirviendo en la salmuera del deseo, subiría
mi mirada por tu muda desnudez hasta tu boca entreabierta y bajaría con lenta
lascivia por tu recatado sostén, por tu estomago cruzando tu ombligo, por tu
vientre de tierna hembra madura, por tu pubis de ralos vellos, se bifurcaría
por la suavidad tersa del interior de tus muslos, por tus rodillas descendiendo
fetichista hasta las mismas uñitas pintadas de tus pies, bajarías la vista sin vergüenza
para atrapar con tus ojos el príapo que ya atrapó mi mano pecadora, la mata
púbica, mis piernas de cansado caminante, subirías recorriendo mi pecho casi
sin pilosidad, ojearías mis tetillas imaginando tus labios en ellas succionando
y mis quejidos voluptuosos, volvería a subir contando tus inquietantes manchas
solares, subirías a remirar mis labios fantaseando su besos y libaciones, mis
lunares, mi pelo cano, iniciaríamos coincidiendo sin una palabra un doble rito
masturbatorio, tú allá con tus dedos hurgando entre los rosados pétalos de tu
vulva, o tu dedo pecador en breves círculos enviciado en tu clítoris
congestionado, envidiado por rojo glande de mi pene erecto, tus dedos afanando,
mi mano masturbando, las miradas que se buscan con lujuriosa perversión, la
cadencia de un ritmo que se repite en el otro, las respiraciones acesando desatadas
en el silencio, el esplendor del orgasmo y la eyaculación, los ojos incrustados
en la vehemencia voyerista, sin tocarnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario