sábado, 14 de febrero de 2015

MAÑANERA


Tu desnudez va escurriendo por la mañana, plena, voluptuosa, incesante, me encandila, me incita, me excita, me desarma en urgentes erecciones, me recorre en un estremecimiento continuo y ardiente, se despliega en su mórbida secuencia; pechos, pezones, ombligo, vientre, pubis, vulva, muslos, glúteos, se derrama húmeda y densa, tu pelo tomado, tus manos modelando palpando ofreciendo las tentaciones y las herejías, el rostro serio de amante imposible, tu piel es un carnal territorio de valles y colinas por donde fluyen los fluidos de tu sangre, tu saliva, tu sudor, tus licores vaginales, tu piel resplandece en su tersura sensual como un amanecer en tu lecho saciado de tus rigores de hembra incontenible, tus muslos en sus tibios mármoles convergen en el templo de las cópulas y los lamidos, de las clitorianas succiones, de los rosados pétalos que ocultan tu sexo, de los ampulosos pliegues de tu cuerpo devorados por mis ojos machos, repasados una y otra vez por mi mirada viciosa de ti, por la lascivia de mi mano en mi miembro iniciando la profanación masturbatoria de la quemante mañana, y tu allá exhibiendo la desnudez pura y natural de la que se sabe observada y deseada, y te tocas y me toco, y nos unimos en las desesperaciones del onanismo compartido, mis dedos en tu húmeda flor abierta restregando tu clítoris hasta los suspiros orgásmicos, tu boca en mi verga hasta los quejidos eyaculatorios, y nos disolvemos en restituidas calenturas, en ansias de besos negros, en invertidas penetraciones, en pecados de secretas sodomías, en perturbadoras obsesiones incestuosas.


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