Para Susymabe y Rosy
Deliciosas criaturas perfumadas, quiero
el beso de sus boquitas pintadas. Frágiles muñecas del olvido y del placer;
ríen su alegría, como un cascabel. Rubias de New York. Alfredo Le Pera.
Par de reinas suculentas de desbordantes
tetamentas, de abundantes carnes sensuales, par de damas abrazadas sonriendo ahí
en el muro de la pileta de la plaza, de muslos desnudos y muy amplios pechos, allí
coquetas y juguetonas exhibiéndose ambas me las imagino en esa misma pose pero
desnudas y yo excitado rondándolas con mi mano en mi pene, seduciéndolas con
mis poéticos verbos para entregarnos desenfrenados en un orgiástico trío donde
mi erecta verga es besada lamida mamada succionada mordida y ensalivada por
esas dos lindas y alegres boquitas hambrientas y sedientas mientras me dedico a
amasar cuatro tetas y chupar cuatro pezones, para lueguito penetrar ansioso las
dos vulvas mullidas que me esperan y jinetearlas una tras otra y viceversa y
otra vez hasta eyacular en sus pubis, ahí mismo y en publico chapoteando
felices en el agua fresca la pileta de la plaza. Rubio cocktail que
emborracha, así es Susy. Tu melena que es de plata quiero para mí. De
colorado y piel desnuda desatas duras y rojas erecciones y se eleva por ti un
alto bosque de erguidas verga como lanzas. A tu ampuloso escote vuelan la
masturbadoras miradas de los machos que te desean, abiertos sus labios
ensalivados como succionando tus pezones. Las manos ávidas de acariciar toda la
amplia y pálida comarca de tu cuerpo tendido incitando; tus muslos, tus pechos,
tu vientre. Ansiosos de poder desnudarte y violarte en un caliente tumulto de
machos erectos y punzantes para dejarte chorreada de semen. Es como el
cristal la risa loca de Rosy, es como el cantar de un manantial. Alcanzo
a oler el perfume de la hembra abierta, el inquietante aroma de la húmeda
entrada a tu íntimo Paraíso, percibo en mi miembro la tibieza de tus muslos su
mojada apretura voraz, su palpitación carnívora, siento el roce de mi glande en
esas ceñidas carnes, la succión atrapante de tu vulva escondida ahí bajo el
rosado raso, olfateo desde este lejos todas la eyaculaciones que se gozaron de
ti.
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