Tu mano encopa tu pecho soberano
y el libidinoso pezón se muestra voluptuoso, contraste carnal sobre la piel
pálida, botón de fuego que enciende la mañana. Perfecta imagen perfecta fijada
para siempre en mi memoria poética, erótica, edípica, anhelo equivoco del niño
haciéndose hombre. Cuantos buceadores desearían navegar en ese pecho ostentoso
ociosos y ahogados, en la tibieza de su mar profundo y convexo en busca de su
perla, del hermoso espectáculo de ese pezón erecto, breve risco sobre suave
duna, tentación de eróticos mordiscos y placenteros chupeteos, con su etérea
aureola acorralan los sueños, incitan a urdir oscuros pecados incestuoso en el
tacto de su instintiva belleza, freudianos elementos de los deseos, carnales invocaciones
de las ansias que atacan y vencen y humillan al que alcanza el milagro de su
visión clandestina. Tu pecho duerme como paloma asesina, dejando sufrir su
distancia y su altivez intocable. Quimeras de nácar y madreperla. Cae sobre tu
seno ampuloso de virgen madona mi mirada desvergonzada, roza ese pezón, se
escurre desde esa cúspide encendida y alzando los antiguos mástiles en los
muelles cansados, abriendo las puertas a los deseos lejanos, a las ansias
instauradas de macho en celo. Tibia paloma de sueños que tu mano anida erótica,
y donde mis labios sucumben a la visión de lo imposible. El placer es
inevitable, el calor, la imagen, los deseos, el miembro duro. Mis ojos te
acechan, te queman como vahos hirvientes, como látigos sobre la piel inmaculada,
como bocas hambrientas acechando tu perla cultivada, tu pezón duro de deseo,
carnal fruto en tu pecho, rosado, breve, erecto, donde imagino han de jugar tus
dedos ansiosos. Mijita rica! te chuparía ese pezón embriagado, lamería tu vulva
humedecida, te sorbería el clítoris hasta hacerte gritar! Te penetraría
lentamente para que sintieras como mi verga te posee, entrando en ti, en tus
instintos, en tu cuerpo de niña ansiosa. Te besaría el cuerpo entero, con mis
labios, con mi lengua, con mi verga dura escribiendo sobre tu piel palabras de
deseos, de fantasías soñadas. Saciaría tu sexo caliente y húmedo, jugaría con
mis dedos en tu clítoris erguido, hundiría mi dedo hurgando hasta tocar el
secreto punto del clímax, hasta tus instintos de hembra en celo. Sentirías como
mi verga te llena, como se mueve dentro de ti y roza tu vagina sensible hasta
que encuentres el esperado camino al orgasmo, entonces vertería mi brebaje de
macho incautado desde que vi tu pecho desnudo.
sábado, 9 de febrero de 2013
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