sábado, 9 de febrero de 2013

ANOCHE

Y anoche fui agua sobre tu cuerpo, fui las infinitas lenguas que te lamían escurriendo por los rincones más sensibles de tu cuerpo entregado a la caricia suave de ese liquido vivo, fui agua sedienta bebiendo tu sudor, disolviendo en mí la sal de tu piel acalorada, fui agua obscena deslizando su impudicia por tus pechos como un manto de pétalos, fui cada gota que se detuvo por un instante en cada uno de tus pezones y salto al abismo hasta besar allá abajo tus pies, fui agua transparente cayendo hacia tu pubis, surcándolo como cascada ansiosa y allí fui erosionando, pene/trando, hurgando, irrumpiendo en ti como una vertiente de fuego, bebí tus fluidos y fui agua embriagada de ti, te ahogué en mojados besos íntimos y húmedas caricias furtivas, te abrumé de deseos oscuros y pasiones perversas, cruzamos los limites del sexo, más allá de las fronteras de lo físico en un éxtasis primordial, y fui agua fálica fluyendo e hirviendo en cada una de las concavidades y convexidades de tu cuerpo rendido. Hembra, mía y deseada, lo supe, lo intuí, lo sentí, lo imagine y lo poseí…, tu cuerpo mojado/lamido por mi lengua en aguas y espumas, sentí esa pene/tración deslizante, suave, lenta, profunda, sentí tu entrega sedienta, y me sentí hundido en tu sueño apretado contra tu cuerpo, me sentí ahí entre tus pechos mullidos, mamando tus pezones duritos, pene/trando el paraíso succionante que guarda tu pubis perfumado y besando tu boca de largos besos, sentí las caricias de la madrugada mientras me iba difuminando contra los cortinajes de tu dormitorio. A ti te avergüenza dejarte llevar por tus impulsos, pues te aviso que así es cuando más me seduces, más me inquietas, más me envuelves en tu perfume y tu piel, ahí te siento mía, poseída y atrapada en mis dulces redes de pescador nocturno.

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