Y anoche fui agua sobre tu
cuerpo, fui las infinitas lenguas que te lamían escurriendo por los rincones
más sensibles de tu cuerpo entregado a la caricia suave de ese liquido vivo,
fui agua sedienta bebiendo tu sudor, disolviendo en mí la sal de tu piel
acalorada, fui agua obscena deslizando su impudicia por tus pechos como un
manto de pétalos, fui cada gota que se detuvo por un instante en cada uno de
tus pezones y salto al abismo hasta besar allá abajo tus pies, fui agua
transparente cayendo hacia tu pubis, surcándolo como cascada ansiosa y allí fui
erosionando, pene/trando, hurgando, irrumpiendo en ti como una vertiente de
fuego, bebí tus fluidos y fui agua embriagada de ti, te ahogué en mojados besos
íntimos y húmedas caricias furtivas, te abrumé de deseos oscuros y pasiones
perversas, cruzamos los limites del sexo, más allá de las fronteras de lo
físico en un éxtasis primordial, y fui agua fálica fluyendo e hirviendo en cada
una de las concavidades y convexidades de tu cuerpo rendido. Hembra, mía y
deseada, lo supe, lo intuí, lo sentí, lo imagine y lo poseí…, tu cuerpo
mojado/lamido por mi lengua en aguas y espumas, sentí esa pene/tración
deslizante, suave, lenta, profunda, sentí tu entrega sedienta, y me sentí
hundido en tu sueño apretado contra tu cuerpo, me sentí ahí entre tus pechos
mullidos, mamando tus pezones duritos, pene/trando el paraíso succionante que
guarda tu pubis perfumado y besando tu boca de largos besos, sentí las caricias
de la madrugada mientras me iba difuminando contra los cortinajes de tu dormitorio.
A ti te avergüenza dejarte llevar por tus impulsos, pues te aviso que así es
cuando más me seduces, más me inquietas, más me envuelves en tu perfume y tu
piel, ahí te siento mía, poseída y atrapada en mis dulces redes de pescador
nocturno.
sábado, 9 de febrero de 2013
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