Y estabas ahí y yo te espiaba
ansioso, excitado, erecto, y tú sabias que yo te miraba clandestino, oculto,
solapado, y yo esperaba tu cuerpo desnudo, tus pechos llenos, tus pezones
expuestos, tu piel entera con sus vellos, sus pliegues y curvas, su humedad
secreta, y tú sonreías coqueta sin ceder a mis deseos que intuías, y yo
forcejeaba el sueño para que te desvistieras pero tú voluntad se oponía con
dulce e incomprensible recato, y yo soñaba verte desnuda y tu soñabas que te
miraba, y llegó la madrugada en ese juego onírico y mi sueño y tu sueño se
fueron apagando con las primeras luces del alba.
lunes, 11 de febrero de 2013
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