jueves, 28 de agosto de 2014

APROXIMACION A UN DESNUDO VERBAL


No en los años de sus mejores primaveras, flor encendida en juvenil pudor, sino en este ahora, cuando sucedieron los años en jauría y aquella vestal maduró en su dulce vendimia de hembra plena, y fue musa barroca de desaforados textos pervertidos, fue soñada y poseída en impúdicas palabras, pero siempre en fragmentos, en breves retazos de pequeñas desnudeces, las manos, las uñas, los pies, los muslos, nunca en piel entera, ni a vista viva ni reflejada en el cómplice azogue, y el poeta quiere fijarla textual, en un profano écfrasis sobre la imagen real y total, de pelo a pies completa, la comba de sus nalgas y los ralos vellos púbicos, la vulva lamida y el pezón durmiente, en vivo erecto y excitado, redactar extasiado a breve distancia sobre el cuerpo expuesto en su desnudez concreta. Sabe que serán varias sesiones pues no será fácil escribir su desnudo sin caer en obvios erotismo ni extremas pornografías, que serán meses de trabajo continuo e intenso, recorriendo con detalle de joyero esos exultantes territorios de su cuerpo para describirlos con sus pliegues y sinuosidades, sus oscuros y sus lisuras, en sus blanduras excitantes y en sus densas humedades. Pero es un motivador desafío transcribir las voluptuosidades de tal dama desnuda, un texto que pudieran leer hasta en los conventos y monasterios. Sería la culminación de sus barrocos, un acto poético, una epifanía literaria, porque no es lo mismo escribir en vivo, directamente, sintiendo las sensaciones y las emociones bajo el hechizo de la incitación y la urgencia de la excitación, que recordar lo ya visto e imaginar lo aun no visto. Y deberá ser en su castillo, en su ámbito íntimo, allí donde duerme y sueña, en su lecho de fieras, para que permanecieran para siempre en lo manuscrito su tibieza, su sabor y su aroma.


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