miércoles, 20 de agosto de 2014

IMAGINARIAS UTOPIAS DE TI


Te imagino, con estufa encendida, sobre el edredón de las fieras, desnuda y con un libro sobre tus piernas, el pelo mojado, con las pulseras puestas y las uñas de intenso rojo furioso. Relumbran en la mañanera penumbra tus mullidos glúteos, tus muslos en el escorzo de las piernas cruzadas, tu pezón dormido en su carnal textura, la sombra de la oquedad de tu ombligo, tu vientre pálido, tu pubis de vellos ralos, y la otra sombra de tu vulva dibujada a fuego en las arenas de mi imaginación insaciable. Puedo imaginar esas uñitas sobre tu muslo y las manchitas, tu mano rozando tu piel constelada, tus dedos sin atreverse a ir más arriba, a rozar esos pocos vellos más largos que surgen desde tu sexo, a buscar el deseo y su obscena consumación masturbatoria en el sensible capullo de tu clítoris, en la bifurcada flor de cuatro pétalos, en la humedad sexual de su denso néctar transparente. Logro sin esfuerzo imaginar mi mano atrapada entre tus muslos apretados, entibiada en esa trampa suave y atenazante, el roce de esos escasos vellos olorosos más largos que surgen como oscuros esporofitos vúlvicos. Fantaseo por las lisuras de tu cuerpo, por sus pliegues de madura buenamozona, por las tersuras más íntimas u ocultas, por los sitios donde nadie te ha besado o lamido. Te voy imaginando mientras te secas el pelo, mientras te vistes sin pudor y sin mirarte al espejo, silenciosa y  exhibicionista, imaginando que te estoy imaginando en el otro lado de la mañana.


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