martes, 22 de abril de 2014

ALTA EN TUS SOMBRAS


“El sexo es el consuelo que le queda a uno cuando ya no le alcanza el amor”. Gabriel García Márquez

Continuidad voraz del deseo desde el año en que cruzaste el puente envuelta en un crepúsculo premonitorio altiva como una estatua de largas piernas, aleonada cabellera y el rostro arisco e impenetrable. Y sucedieron los años destinados a nosotros con las llamaradas y las brasas del fuego vivo de las carnes en total virulencia lujuriosa desde los lentos intentos de amor clandestino hasta las desaforadas experimentaciones de amantes ilimitados. Y fueron los atardeceres cotidianos después del tumulto del día profano, o los domingos mañaneros en medio de la delicada tranquilidad de los muebles antiguos que fuimos indagando las opciones del goce compartido, de los placeres vedados y de las delicias de lo prohibido. Todo fue aconteciendo en un sin rumbo de sensualidad entrelazada y sexualidad desatada, en un paraíso virginal, primitivo, sin pecado ni culpas; tu colaless, brassiere y tacos agujas rosados, solo eso justificaría los años sucedidos, la negra oscuridad cómplice y desvergonzada, los amiguitos del baile de los imaginarios, el café y las mañanas, tu cuerpo desnudo y alto caminando cabalgando excitando e inquietando, ofrecido a los dioses del fuego como una vestal incombustible, las pocas noches enteras y algún cuarto ajeno, tus dedos y tu vulva, tus pechos y tus nalgas, ofrecidas, las exploraciones y los tumultos a cuatro manos, tú tendida desnuda en tu lecho y yo onanista voyeur consumando, la lluvia en el ventanal que daba al jardín de la lluvia, tu piel madura donde me fuiste escanciando todos los otoños posibles. Tú, la venerada en su esplendor irrecuperable. Altas tus sombras siembran sutiles silencios en extensas lejanías. Siempre tus sombras suceden sigilosas con oleaje de ansias y a contramano del tiempo. Todas tus sombras se escurren por los sueños como tumulto de pájaros, como barcos a la gira, como esa tarde lluviosa. Solo tus sombras surgen entre espumas en la rompiente de tus ojos* y en tu voz que se aleja. Tus sombras, tus altas sombras, siembran en secreto las sagradas soledades que soportan la noche.

* Origen de Dolores y Naufragios

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