domingo, 13 de abril de 2014

DESANGELADO FORNICIO (Palimpsesto)


Nos dirigimos a la habitación. Ella entró primero, y se dirigió al centro de la habitación, esperándome, la tomé en mis brazos y le di un beso de lengüita, que ella me correspondió algo desangelada. La tomé por sus senos y empecé a desnudarla quitándole la blusa, me llevé una grata sorpresa, sus senos eran grandes y hermosos, coronados por unos pezones prietos de grandes aureolas más oscuras, que me gustaron mucho. Luego le quité el pantalón, dejándola en sus pantaletas grandes de encaje, como de señora. Así la dejé completamente desnuda. Su pubis estaba cubierto por un negro y espeso vello, que le cubría hasta las zonas inguinales y ocultaba completamente su sexo. Como la parte superior de sus muslos era muy pálida se generaba un voluptuoso contraste. Acaricié su vulva y ella me acaricio el pene por arriba del pantalón. Me quité la ropa, dejándola cuidadosamente en una silla que se encontraba en el cuarto y nos tendimos los dos en la cama cubriéndonos con la sabana y acariciándonos. Apague la luz. Bajé a su pubis, y adopté la posición sexagésimo novena, ella me empezó a mamar mi verga, con deliciosa pericia. Y como no quería acabar antes de pene/trarla, después de unos momentos de goce mutuo la coloqué al borde de la cama, le froté mi miembro tieso en su vagina y poco a poco fui penetrándola, ella empezó a gemir y a quejarse, cuando sentí que ay mi glande había entrado, introduje de un envión, mi falo entero, ella se quejó con un grito apagado. Empecé a moverme en un lento mete y saca, que ella también correspondió siguiendo el mismo ritmo. Luego más y más fuerte hasta que eyaculé abundantemente dentro de ella. No supe si su orgasmo fue real o fingido, no era parte del trato así que no me importó. Luego nos besamos y nos quedamos dormidos un rato. En la mañana, nos despertamos juntos, me metí al baño a bañarme y ella me acompañó al poco rato, la enjaboné, acariciando su cuerpo joven y ella me abrazó y me besó, yo diría con cariño. Una vez que estuvimos vestidos, le pagué sus honorarios, o su salario sensu stricto, y se fue. Nunca más la volví a ver. 

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