Cuerpo de mujer, blancas colinas,
muslos blancos. Escalar tus senos y deleitarme en la cima, medir tu cintura con
mis manos y decirte tu talla, sentir tu espalda en mi pecho y amarrarte con mis
manos, recorrer tu vientre y caerme en tu ombligo, deslizarme por tu derrier y
jugar con tus vellos. Quiero la miel de tu entrepierna, jugar en el pasto bajo
tu ombligo, beber entre tus piernas, usar tus pechos como abrigo, besar tus
pechos, sentir tu vagina, tu trasero ancho, tu piel divina, tus vellos haciéndome
cosquillas. Hundir mi cabeza entre tus piernas y mi boca en tu sexo, mi boca en
él lamiendo hasta morirme, hasta dejar seca mi boca y sin gota de saliva,
amarte entre tus entrañas. Y mi boca que se pierde entre el enjambre del sexo y
tu glúteo que se muere. Cuánta firmeza en tus nalgas, en esas cumbres de
almíbar donde pose mi mirada una de tantas noches en que tú te desnudabas. Sentir
la llama abrasadora de tu vagina quemar mi miembro, adentrarme en tus entrañas
y seguir viviendo esos ricos placeres de tu divino cuerpo. Es mi piel, la piel
que te desea, es mi pene que en tus entrañas sientes, como con tus dedos
introducidos en tu vagina meneas, a tal punto que me duele, a tal extremo que
me quema, esos costados tan ricos de tu vulva cuando lo rozas, cuando aprietas,
siento el calor profundo de tu clítoris que me lo eleva y poco a poco se va
cociendo el orgasmo en sus venas. Brasa de muslos en la cama del casto. Sábanas
con piel de muslo, musgo de muslo en la mano. Muslos que querían muslos, boca
que quería estrago, vara de carne maciza sobre los muslos soñando. Cuerpo de
mujer, blancas colinas, muslos blancos.
Autores por orden alfabético: Aldeharán, Ángel de Kristal, Cash, El de las Rosas, El poeta irreverente, Jaime Sabines, Jorge Luis Borges, Leo Chavez-Soria, Pablo Neruda.
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