“En las noches te imagino
entrando furtivamente a mi casa, siento tu respiración junto a mi, en mi cama,
te recibo... existe algo más rico...?” G.
Entro furtivamente en tu lecho,
sigiloso ansioso caliente, desnudo, y ahí estamos al fin los dos como en un
sueño esperándonos. Me recibes tímidamente coqueta, me abrazas por el cuello, siento
tu cuerpo solo cubierto con esa enagua blanca suave sedosa, te susurró algunas
cosas íntimas de nuestro intenso pasado vivido y me besas en la boca con un
beso tan suave y tan profundo que la noche se abre como una magnolia lunar. Me
acerco a besar tus pechos con los labios buscando tus pezones, par de breves coronas
bellas, erectas y carnosas casi tan suaves como tus senos carnosos tibios
esponjosos. Comienzo a acariciar esas mullidas grandes y pálidas tetas, luego, mientras
acaricio tus piernas descubiertas hasta rozar tu conchita deliciosa voy besando
hacia tu cintura, más allá de tu ombligo, de tu vientre, y por fin los vellitos
que coronan tu vulva, allí convergen mis dedos curiosos y mi boca sedienta. Ebrio
de su delicioso aroma comienzo a acariciar lamer penetrar la flor abierta por
encima de sus pétalos. Después de unos momentos envuelta embriagada en esos
goces vaginales me detienes e inicias tu propia ceremonia, recorres con tus
labios ardiente y tu lengua ensalivada mi pecho y mi vientre, hasta dejar por
unos instantes tu lengua caliente y húmeda por debajo de mi ombligo y apretar provocativamente
mis muslos con tus manos calientes. Siento entonces tu lengua recorrer mi miembro
ya bien erguido, la siento lamer mis testículos de una manera entre cariñosa e
impúdica, tu calor y tu saliva parecen una hoguera alrededor de mis genitales.
Espero con ansiedad sentir mi falo en el interior de tu boca por lo que lo tomo
y te lo ofrezco en tus labios, respondes con un delicioso beso en la punta del
glande, para luego engullirlo casi hasta el fondo de su paladar, me falta el
aire y echó mi cabeza hacia atrás empujando mis caderas hacia adelante. Tú
chupas succionas mamas, hay un destello fulgurante, un relámpago que rompe la
quietud serena de la noche, un abismo que se abre socavado en mis instintos y
eyaculo incontenible en tu boca, sorbes mamas chupas, siento mi verga apretada
atrapada entre tu lengua y tu paladar, me retuerzo en la desesperación del
placer hipersensibilizado, siento como el semen escurre de tu boca y quema la
piel de mi pubis e ingles y me deshago en una arena tierna que tu amasas con
antiguas ternuras entre tus manos.
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