El rojo y húmedo paréntesis que se esconde
oloroso a ti entre tus piernas, flor abierta vertical burbujeante que florece
enardecida en tu pubis, lúbrico molusco coital. Mundo de humedades, olores y texturas, comisuras y dobleces dérmicos y
a veces aterciopelados. Carnal vaina de madura legumbre estilando, canal
surco cauce por donde escurre fluye la lujuria penetrada empotrada. Guarida sagrada de la entrepierna. Cripta Iniciática
de orgasmos y destellos. Sendero de poros húmedos que conducen a tu oquedad
latiente. Ojal, ojal, ojal, no dejes que abrochen nunca, los silvestres botones
de tu piel. Vértice vórtice atractor de mi boca labios lengua sedienta
hambrienta mordisqueante o succionante según los designios de tu espasmos
surgentes. Testimonio expresivo de
pieles, vellos y abultadas carnosidades reveladoras, manifiestas, semiocultas
entre los muslos que como columnas defensivas protegen su rosadez traslúcida y
penetrable, resguardan el arca oculta, mítica y eterna de evoluciones
sensoriales cosmológicas, ontológicas, pues en ella se abriga el Ser ínfimo del
placer consciente. Pozo gruta orquídea rosa en sus rocíos vertida henchida,
higo dulce en su viscosidad de miel libidinosa erógena genital. Que clase de sueños tendríamos en una cama
Vulva, qué clase de amantes seriamos si sus sedas nos abrazasen cual Morfeo.
Cómo sería el sonreír onírico, húmedo y apretado, cómo la ergonomía, la
felicidad de un despertar naciendo, de un dormir acurrucado en su verticalidad
horizontalisada. Quiénes seríamos como amantes gemelos, como ginecólogos de
sueños y travesías. Cómo te elucido… Arrópame o pon el labio menor sobre mi
pecho, pues una brisa me eriza esta mañana. Tajo humedecido de bucales salivas
e inyectado de fálicas eyaculaciones, siempre febriles.
Nota.- En cursivas, fragmentos seleccionados
de: “La Vulva como Metáfora”. Mgstr. Don Rodrigo Martínez Andrade, en estética Nº 10, Revista de Arte y Estética
Contemporánea. “La filosofía, sus márgenes y sus derivas”. Mérida - Enero /
Junio 2007
Imagen: Uno de los paneles de “El gran muro
de vaginas”. Jamie McCartney
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