sábado, 11 de junio de 2016

SENSACIONES Y PERSECUCIONES


Persigo el aroma que se esconde entre tus pechos, la saliva que humedece tus labios. Persigo el roce de tus vellos púbicos en mis mejillas, el íntimo sabor de tu rosa en su lento rocío. Persigo fragmentar tu silencio en susurrados gemidos, rozar tus pezones con la punta de mi lengua. Persigo abarcar tus mórbidos senos con mis manos hambrientas. Persigo incrustarme en tu cuerpo abierto hasta obligarte a que sueñes conmigo. Siente mi lengua lamiendo en tu pubis los bordes de tu vulva, siente mis labios en tus pezones, mordiéndolos, siente mis dedos hurgando tu intima rosa humedecida, siente mis susurros ardientes en tu silencio lejano, siente mi lengua y mi dedo explorando tu sexo, siénteme en tu capullo esperando que se abra a mis deseos, siente mis manos encopando las turgencias de tus pechos maduros tal como yo siento tus manos afanando en mi pene y mis testículos como denso un vaho caliente. Pero eres silencio, ausencia, lejanía, y mis ojos hambrientos de tus desnudos fragmentarios horadan un vacío de imposibles distancias y climas contrapuestos bajo el mismo sol que ya no quema mi piel desnuda en el bosque ni ilumina tu desnudez en los ciegos espejos. Detento inmóvil quizá la última prosa manuscrita bajo tu hechizo, abrumado de incontenibles deseos por esa rosa de tu pubis, pero ya es tarde, y voy entrando por tu ausencia en una locura insoportable. Y te seguiré persiguiendo por los ansiosos territorios del loco sueño que soñamos, trabados y sujetos al mismo sueño inmersos en la misma hora de nuestro mismo tiempo.


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