“Que otros escriban
los magníficos poemas que mereces.
Yo me limitaré a
escuchar tus gemidos frente al espejo
mientras te
masturbas frenética”
Poema II, Matías
Silva, incluido en la antología Gutiérrez (2011).
Está decidido por los arcanos que nos unieron a
contramano de los destinos, en tiempo tarde y en lugar lejanos, yo voy a ser ahora
la bestia que te desvirgará sin treguas en las oscuridades de tus insomnios,
ahí en el húmedo calor de tu lecho de nocturna hembra sin hombre, sedienta vestal
de un templo vacío, seré el lobo que lamerá el sudor sexual de tu cuerpo, que
olerá tu vulva buscando el aroma de atávicas madreselvas, serás por mí abusada
y violentada con salvajes alevosías, sentirás mis deseos burbujeando en tu piel
y mi erguida lujuria de macho intenso penetrando tu cuerpo encendido por el
vaho caliente de mis susurros, yo excavaré hasta vaciar tu sexo de las ruinas
de otros innombrables, beberé en tus pechos los latidos de tu corazón
fragmentado y te llenaré extasiada de nuevas palabras seminales, yo haré que
olvides a todos los antiguos dueños de tus ansias, que olvides rostros y verbos
traicioneros, que te sueñes virgen otra vez sin vestigios impuros, te sentirás sirena
inquieta inmersa en los ocultos oleajes de tus sentidos amarrada en la proa de
la barca de las cópulas escondidas rumbo a los mares desatados de una liberada sexualidad
en las tórridas arenas de un vasto desierto de soles incandescentes, yo morderé
los pétalos de tu rosa vertical para dejar mi huella carnal en los eróticos
misterios de tus sueños, y hacia la madrugada, antes de desaparecer en la trama
de tus sábanas te coronaré para siempre reina de mis últimos sortilegios. Eso,
mientras elevas gemidos balbuceantes.
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