lunes, 6 de junio de 2016

TARDERIA DE DESESPEROS


Vuela hembra mía, vuela, elévate, dame los registros de tus gemidos ahora que me posees y te poseo, mía entera, total, destila tus sabores y esparce tus aromas, míos, ábrete al delirio y a la locura, deja que penetre tu verticalidad voraz y la horade impenitente hasta dejarla como un mustio molusco vencido para que me sientas tu dueño macho hasta que despierten tus ternuras y me convierta en un niño macho que busca tus senos para esconderse del mundo y sean mi refugio y mi obsesión y mi duplicado paraíso perdido. Y ahí me quedaré quietecito haciéndome el dormido, escindido y ceremonioso como un furioso arcángel incestual aferrado mamando en cada uno de esos pezones de mis sueños sin necesidad de otro cielo que no sea tus carnales pliegues de hembra maternal. Yaceré abrumado por ti, cercenado por tus encantos, instantáneo y eterno a la vez, subducido por la poderosa involución de tu vulva, y te seguiré escribiendo describiendo entonces hasta arrastrarla al orgasmo, hasta penetrarla con mis voces poéticas, hasta enloquecerla y abusarla, y hurgar su entera profundidad buscando los secretos intersticios de tus goces primigenios. Estoy sobre ti rendido a mis pervertidos deseos, chorréame con tus jugos, vierte tu esencia de hembra en mi miembro y mis testículos, agriétame con un goce distinto, disuélveme más allá del borde del abismo de tu expansión vaginal. Abarco tus horas donde tu amor me desarma y desnuda, eres tan mía que ya no volverás a mirarte en los espejos sin estremecerte ante el presentimiento de que ya no te perteneces, yo te habito ahora, estoy en ti porque ciertamente te pertenezco desde mi desesperación de macho solo y con la intención de poseerte hasta el dolor que unta el goce de voluptuosa eternidad. Déjame entrar en tu rosa humedecida y beber en ella tus densas aguas nupciales, percibir su aroma incesante, y surcarla lentamente... con mi dedo... con mi nariz... con mi lengua... para entrar fálico y erguido en su entrepétalos, lento, rígido, imperiosamente punzante.


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