Buscaré otra vez en tu boca los besos, la
dulce caricia de tus manos en las mías, la suave persistencia de tu piel en la
mía, tu pelo salvaje fluyendo entre mis dedos, tu risa y tu voz, tus palabras y
tus versos, buscaré el Amar que aprendí en tus ojos deslumbrado de cercanías y
susurros, abrumado de ser dueño de tus sueños, amo y señor de tus intimas
soledades, iré a navegar tu secreto mar de fantasía y naufragar extasiado en
tus serenos oleajes aferrado a ti para sobrevivir a los tiempos. Sobre ese
lecho tibio consumaremos tú y yo la nostalgia del Amar en su quietud secreta, y
la pasión desenfrenada de dos cuerpos inflamados en duro y penetrante deseo, en
abiertas y húmedas ansias. Allí saciaremos al potro fálico urgido de tu piel y
tu aroma y a la virginal potranca vaginal rendida a sus carnales antojos. En
ese lecho soñaremos los sexuales sueños encendidos y los dulces sueños
encantados, allí tu piel poseerá mi boca, mis manos, mi fuego entero, allí mi
cuerpo poseerá tu caricia, tus arrullos, tu Amar entero. En ese lecho se
verterán las cenizas de la hoguera que nos consume desde que tocamos el cielo,
y los atrapados néctares impúdicos de nuestras delicadas perversiones. Buscaré
tu boca en mis sueños, tus labios tan cerca de los míos que seremos una sola
boca que bese. Buscaré tu pelo en mi almohada toda su noche suave y perfumada
para naufragar para siempre en ti. No escaparás ya de mi memoria porque mis
manos tocan tu piel aunque habites otros territorios.
domingo, 4 de mayo de 2014
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