Yo bosquejo tu cuerpo con las
minucias de tu semidesnudez invocante, y por lo mismo provocador en su viciosa
vertiginosidad seductora que incita excita desde tu embriagadora sensualidad
desafiante. Sé que seduces hasta sin quererlo, que posees un aura de sexualidad
tan ingenua, inocente e impura que
desata los nudos del deseo como un vértigo que induce a caer en la inmortalidad
de tus breves pechos y en el abismo mortal de tu sexo. Siempre te sueño con un vestido
corto y medias negras, con las piernas cruzadas, y te miro como si fueras de
cristal sintiendo el aroma a vainilla de tu pelo, y te beso las mejillas con
lenta ternura y tú sonríes, te digo muchas veces que eres linda y beso tus
labios excitado mientras tú ríes con suaves carcajadas, y miro tímido tus
piernas con ansias de tocarlas y siempre me despierto contigo desaparecida bajo
la lluvia. Intento volver al sueño a soñarte para de una vez por todas desnudarte
y embeberte de mi saliva por todo tu anverso y también por todo tu reverso, y
poseerte incluido con la violencia tierna del otoño, y penetrar tus
desasosiegos, a verterme en ti eyaculando, y no alcanzo. Intuyo que te excita
excitar, que, en tu solitaria divinidad, con esos juegos satisfaces tus deseos
o tus fantasías, que te sientes libre porque no amas y disfrutas ser dueña y
soberana de tu cuerpo, pero te advierto que no te acostumbres a los efímeros
días de tu estío porque los deseos se te secarán de soledad y tu piel perderá
ese brillo sensual que urge las fantasías mas oscuras y tu cuerpo se esconderá
en si mismo hasta perderse en esos laberintos donde decantan tus antiguos
desengaños.
sábado, 31 de mayo de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario