domingo, 29 de mayo de 2016

CONFESIONES DEL PERSEGUIDOR FASCINADO


“Te abarqué con mis brazos y te apoyé en mi blusa entreabierta.”. Mundo de Espejos. M.I.

Me reconocí plenamente en tus voces declaradas, me sentí ahí, fascinado y niño entre tus senos lunas, hundido en tus calientes y húmedos huecos, erguido macho sofocado y feliz inserto en el canalillo de tu escote. Me dejé poseer entero por tus embrujos de mariposa de obsidiana, desgastando con horadantes ojos de sátiro sacrílego la imagen de tus pechos detrás de esa red de risueña pescadora. Y me quedé elevado sobre las nubes, las ardientes nubes de un volcán en erecta erupción, mirando como un adolescente excitado esos pezones enredados en la trama de tus coquetos designios de madurita sin ‘s’, esa soberbia deidad de los vertiginosos acantilados y los mórbidos sobornos. Y voy a acosarte como no imaginas, te voy a perseguir por tus sueños y tus silencios, por tu cuerpo desnudo y tus pechos vigilantes, por los verticales bordes de tu sexo y las mojadas comisuras de tu boca, te voy a asediar desde tus pestañas y desde tus uñas, voy a marcar mi nombre en una de tus nalgas con el hierro de mis dientes para que así seas pertenencia y diosa a la vez, voy a comerme tu risa incitante con los ensalivados besos que me debes, voy a asumir tus estremecimientos como asumo las lluvias que vendrán este invierno contigo, voy a ser un lujurioso caracol en celo reptando por tus muslos buscando la rosa celestial, te voy a cansar de mí y te seguiré persiguiendo. Te perseguiré anhelante y motivado, declarado en ensueño permanente e inmerso en esta intensidad que llega a doler, viviendo el infierno de buscar las palabras que puedan describir lo que siento, las precisas voces que nos dibujen en la piel del otro, que penetren y absorban, que toquen el éxtasis y no se disgreguen como transparentes mariposas nocturnas. Eso.


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