martes, 10 de mayo de 2016

TU RETORNO


Después de trece aciagos días de abstinencia han vuelto tus eróticas inspiraciones, las calentonas instancias al desborde y a la fálica erección a la distancia, las desatadas vertientes que surgen desde tus retenidos instintos, la visiones que estremecen las instancias de mis hondas calenturas, la exuberancia del brebaje que envicia y escarba antiguas memorias de luces de barcos lejos allá en el puerto imaginario. Retornan en gloria y majestad las manchitas lunares, la mariposa corazón quieta sobre las tersuras y los poros de tus exhibidas carnes voluptuosas, otra vez tú estremecida en alma y cuerpo, venciendo tus recatos inapelables y ese rescoldo de vergüenza por permitirte sentir el deseo oculto entre la palidez de tus piernas que de cobardía se esconden en la realidad y el pecado que se asoma arrimado a tu subconsciente acusador y cobarde (i). Ya ido todo el moreno del sol de tu viaje vuelven las ricas inspis de perniles blanquitos, suavecitos, de masticarlos!, esas piernotas blancas pálidas juveniles de musa incitante, de hembra que invoca en su altura distante donde nadie la alcanza ni la toca ni la goza por debajo de ese naranja pudoroso sobre la vencida bestia blanquinegra. Reapareces como antes, sin rostro, anónima, impersonal y lejana, intocable en tu virginidad voluntaria, impalpable y sacrílega. De nuevo la intensa excitación mañanera de tus muslos perversos, de tu exhibicionismo limitado, de la negación insoportable de tus vellos púbicos asomados con la timidez de dama juguetona, de la deliciosa ansiedad de esperar las sensuales migajas que tiras a los sexuales vientos masturbatorios. De nuevo toda tú deseada, por eso y más: bienvenida!

(i) Ecos de su verbo acuciante.


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