miércoles, 18 de mayo de 2016

OBSERVACIONES SOBRE TU ESCOTE


Miro y miro la foto que te atreviste a regalarme y me calienta tu piel pálida, el tibio canalillo entre tus pechos, la obscena blancura de tu camisola, los blancos breteles con sus bordados rozando el mármol de tus hombros, la comba amplia y mullida de tus pechos, (presiento la cercanía de esos pezones pequeños y claros), tu boquita roja con ese mohín como de beso, tu rostro serio, ah! supieras como imagino mirándola. La disgrego tu imagen en sus provocativos detalles, ese pequeñísimo lunar en el borde superior de uno de tus pechos, tus ojos fijos como dormidos detrás de los cristales de los lentes, esas ocho perlas, blancas y grises de la negra cuerda que los ata, la larga cadena de plata que cuelga en el abismo de tu voluptuosa tetamenta, tu pelo de oscuros hilos de miel enmarcando tu cara, el capullo de roja rosa que florece en tu boca como si fuera a besar la puntita de mi miembro erecto que te apunta como un mástil orgulloso. Miro y miro tu rostro que aunque serio tiene una luminosidad especial, y tu boquita pintada ofrece un beso ansiado, y tu escote es una delicia, tal como lo he imaginado todo este tiempo, tibio, pálido, ampuloso y deseable, donde hundiría mi nariz y mi rostro, allí me sumergiría en ese tibio canalillo y ahí me quedaría dormir para soñar que estoy ahí entre tus senos, y así duplicar esa dulce y mullida sensación. Y te sigo observando vicioso y extasiado, agradecido por la exquisita excitación que estoy sintiendo al verte así: “algo” atrevida.


No hay comentarios: