No puedo dejar de
pensarte y desearte, me extravío por la mañanas silenciosas, las tardes de
ausencias, las noches vacías buscando la sensual ternura instalada en tus pechos,
la punzante rugosidad de tus pezones, la suavidad de tu piel en las comarcas de
tus nalgas, en los tibios mármoles de tus muslos, miro los espejos con hambre
de macho esperando te me aparezcas reflejada con tu desnudez inquietante y el
negro oleaje de tu pelo en cascada. Amanezco mirando obsesionado esos senos deliciosos
que beso escondido desde las turbulencias del deseo insaciado. Siento en tu
recuerdo vívido un algo carnal sensual sexual que me estremece y me inunda del
sabor perdido de tu cercanía. Amanezco durmiendo entre tus mullidos pechos
impetrado en el deseo desde este frío lejos buscando tu ansiada ternura y tu exuberante
calor, ese fuego que me quema y me inspira y me incita y me excita sutilmente como
un potro solitario que corre erguido y anhelante por la grama de tu lecho. Siento
mis labios en los tuyos sellando nuestros deseos en una eternidad de pasado
presente futuro que vence imposibles distancias y tiempos divergentes.
Obsesionado veo en la transparencia de todos los cristales tus pezones
perfectos, juveniles, deliciosos, veo tu vulva que lamería entera desde el
anochecer a la madrugada, y entonces se asoma mi miembro esperando mi mano
onanista que lo satisfaga en tu honor y gloria como siempre lo hago cuando no
puedo dejar de pensarte y desearte, y me escondo en los rincones de la tarde
para gozar extasiado las inolvidables esencias que de ti poseo.
sábado, 14 de mayo de 2016
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