Vuelvo día a día a buscar tu boca
para besarla aún en la distancia, a beber de tus labios el dulce Amar y así
embriagarme sumido en ti, en tus ternuras y tus sueños, en tus caricias y tus
deseos, en tus ojos y en tu pelo, e ir por el día ebrio de tu piel aún en la
distancia sin tiempo, abandonado a la tierna sensación de poseer tu alma más
allá del hoy, del aquí y del ahora, mía siempre por la gracia maravillosa de
Amar. Vuelvo día a día a buscar tus pechos para besarlos aún en la distancia, a
beber de tus pezones tu dulce néctar, y así embriagarme sumido en ti, en tus
ansias y tus fuegos, en tus caricias y tus deseos, en tu vientre y en tu pubis,
e ir por el día ebrio de tu piel aún en la distancia sin tiempo, abandonado a
la incitante sensación de poseer tu excitación más allá del hoy del aquí y del
ahora, mía siempre por la gracia solitaria de la masturbación. Vuelvo día a día
a buscar tus muslos para lamerlos aún en la distancia, a sentir en tus nalgas
su suave tibieza, y así embriagarme sumido en ti, en tus ansias y tus fuegos, en
tus caricias y tus deseos, en tu vulva y en tus glúteos, e ir por el día ebrio
de tu piel aún en la distancia sin tiempo, abandonado a la lúbrica sensación de
poseer tu lujuria más allá del hoy, del aquí y del ahora, mía siempre por la
gracia arrebatadora del sexo.
viernes, 19 de diciembre de 2014
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