Para Mariale
Acurrúcate a mi lado, siente mi
calor y mi aroma de macho enternecido, déjame tocar tu mano, déjame surcar el
dorso de tu mano hasta la muñeca, siente ese tacto de mi dedo, respira mi
cercanía, cierra los ojos y siente mi dedo recorrer tu nariz suavemente, tus
labios, siente mis labios tocando tu boca levemente, siente tus labios en los
míos. Mi lengua alcanza a rozar tus labios y te deja la marca ardiente de mi
saliva, apenas humedece tus labios, solo una línea ardiente en tus labios que
reverbera en tu corazón dormido, ahora siente mi mano entera como una copa que
abarca y posee uno de tus pechos, tus latidos atraviesan tu cuerpo y tocan mi
mano, siente mi dedo, apenas rozando el lugar donde tu pezón se esconde,
despertándolo como un capullo a boca de primavera. Ahora huelo tu perfume en tu
cuello, busco ahí la hembra dormida, siente el roce de mi nariz hurgando en tu
cuello, mis labios tocando la plenitud de tu cuello, mi nariz, mi boca y mis
labios y mi lengua deslizándose por tu cuello, por tu piel, por tu perfume, por
el olor de tu piel entera, ahí, ahí en tu cuello. Siento tu respiración quieta
como una victima rendida a su fiera, esperando el zarpazo final, la posesión
total. Mi mano alcanza la tuya y la cubre y la arrastra y la conduce sumisa
hacia abajo de tu cuerpo tendido, mi mano lleva tu mano, la arrastra como un
tibio oleaje por tu vientre, por tu pubis y ahí la detiene, la fija, mis dedos
entrelazados con tus dedos, mi palma ardiendo sobre tu dorso, quemándote,
incendiándote, mi mano hunde tu mano en tu pubis, en esa blandura inquieta,
siento, sientes, tu monte de Venus en erupción, tu dedo mi dedo nuestros dedos
buscan tus húmedas tibiezas, se hunden en ese surco oculto, te rompen en
deseos, en ansias, tu dedo mi dedo, los dedos de nuestras manos juntas y
pecadoras acarician ese surco secreto, escondido, sientes las punción, el roce.
Dejo tu mano ahí apurando tus deseos y mi mano busca tu boca y mi dedo se cruza
sobre tus labios silenciándote y te susurro al oído que no despiertes, que no
salgas nunca, nunca, de este sueño.
Mayo, 2008.
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