martes, 2 de diciembre de 2014

SUEÑO EN SILENCIO MAYOR


Para Mariale

Acurrúcate a mi lado, siente mi calor y mi aroma de macho enternecido, déjame tocar tu mano, déjame surcar el dorso de tu mano hasta la muñeca, siente ese tacto de mi dedo, respira mi cercanía, cierra los ojos y siente mi dedo recorrer tu nariz suavemente, tus labios, siente mis labios tocando tu boca levemente, siente tus labios en los míos. Mi lengua alcanza a rozar tus labios y te deja la marca ardiente de mi saliva, apenas humedece tus labios, solo una línea ardiente en tus labios que reverbera en tu corazón dormido, ahora siente mi mano entera como una copa que abarca y posee uno de tus pechos, tus latidos atraviesan tu cuerpo y tocan mi mano, siente mi dedo, apenas rozando el lugar donde tu pezón se esconde, despertándolo como un capullo a boca de primavera. Ahora huelo tu perfume en tu cuello, busco ahí la hembra dormida, siente el roce de mi nariz hurgando en tu cuello, mis labios tocando la plenitud de tu cuello, mi nariz, mi boca y mis labios y mi lengua deslizándose por tu cuello, por tu piel, por tu perfume, por el olor de tu piel entera, ahí, ahí en tu cuello. Siento tu respiración quieta como una victima rendida a su fiera, esperando el zarpazo final, la posesión total. Mi mano alcanza la tuya y la cubre y la arrastra y la conduce sumisa hacia abajo de tu cuerpo tendido, mi mano lleva tu mano, la arrastra como un tibio oleaje por tu vientre, por tu pubis y ahí la detiene, la fija, mis dedos entrelazados con tus dedos, mi palma ardiendo sobre tu dorso, quemándote, incendiándote, mi mano hunde tu mano en tu pubis, en esa blandura inquieta, siento, sientes, tu monte de Venus en erupción, tu dedo mi dedo nuestros dedos buscan tus húmedas tibiezas, se hunden en ese surco oculto, te rompen en deseos, en ansias, tu dedo mi dedo, los dedos de nuestras manos juntas y pecadoras acarician ese surco secreto, escondido, sientes las punción, el roce. Dejo tu mano ahí apurando tus deseos y mi mano busca tu boca y mi dedo se cruza sobre tus labios silenciándote y te susurro al oído que no despiertes, que no salgas nunca, nunca, de este sueño.

Mayo, 2008.

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