Llueve. Busco el fuego de tu cuerpo. Tu mano
me da el calor y las ternuras en sus caricias. Tu boca abre las puertas de mis
deseos. Las decoradas uñas en su tenue rosa brillante y nacarado burila mis
secretas lujurias. Me inserto entre tus senos niño y macho. La noche se incendia
en tus pezones. Naufrago en la mullida blandura de tu tetamenta chupando macho
niño boca abierta hasta las tiernas circunferencias de tus aureolas. Me deslizo
por tu vientre como una miel seminal, densa y quemante. Surco la hendidura de
tus glúteos para polinizar tu flor del sur. La embebo de mi saliva lubricante. La
punzo con mi lengua fálica. Introduzco mi miembro en una lenta ceremonia de
atávicas sodomías mientras mis manos se agarran de tus caderas de potranca
encelada. Dedeo escarbando la rosada carnalidad húmeda de tu vulva dilatada
como una rosa abierta en su rocío. Me reitero en tu clítoris rozándolo en los
breves círculos de las lésbicas masturbaciones. Hundo mis dedos en tu vagina en
busca de la prominente y áspera rugosidad que detenta la posesión de todos tus
goces. La acoso y la restriego insistente a yema viva. Te retuerces en una
voluptuosidad desaforada. Constato los mojada latidos de tu sexo y te penetro
con mi verga endurecida por tus jadeos y espasmos. Jineteo sifoneo bombeo
eclipsándome en la luna pálida de tu cuerpo. Orgasmas al sentir mi eyaculación
anegando tu oquedad sexual con el denso semen chijeteado. Llueve sobre tu sueño
y mi fantasía con las tibias aguas de nuestros oscuros instintos desatados.
miércoles, 3 de septiembre de 2014
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