Corazones púrpuras en el bordado
sobre el púrpura sedoso y suave, la púrpura sensualidad que deja obscena los
vellos púbicos asomando libidinosos, los muslos expuesto a las miradas
lujuriosas del sátiro, ella allí desafiante en el lecho, la piel pálida, las
manchitas erotizantes, el borde de la camisola como siempre delimitando egoísta
las fronteras de las revelaciones, las rollizas rodillas de madona renacentista,
la sugestiva inspiración que socava la voluntad del celibato y apura los
brebajes de sabrosos onanismos, la provocadora ola que tensa erecta yergue
endurece, la inquietante perspectiva voluptuosa desde un arriba que baja
surcando lengua ansiosa los pétalos de la vulva jamás visible, la excitante
visión de las piernas abierta cruzadas, y allá lejos en el cercano horizonte fetichista
las uñitas pintadas con rosadas ternuras sobre los felinos fragmentados
acariciando con quieto goce la desnudez desvergonzada de la musa yacente. Matices
del púrpura sobre los matices de la palidez de su piel, las manchitas lunares,
los blanquinegros feroces recortados en mullidas cuadriculas que poseen la
dicha de rozarla entera y sentir sus retorcimientos y espasmos, beber su sudor perlado
y oler sus perfumes de flor abierta a los lascivas turgencias del sexo soñado
pensado vivido. Corazones púrpura, sus iridiscencias bordeando, el mechoncito
poco brotando ralo y pervertido en su exhibicionismo mínimo, en su recato
vencido. El deseo que se erecta sensible en el entrepiernas sobajeado ante las
armonías de la piel tibia esperando la caricia la inserción el masaje procaz, las
manos los dedos la lengua o los labios besadores se sueñan bajo los púrpuras de
los desbocados corazones.
domingo, 28 de septiembre de 2014
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