domingo, 21 de septiembre de 2014

BLANCO, ROJO, NEGRO


Para la loba, hembra de raza ardiente

Blanco sobre el blanco pálido de tu piel, blanco bajo el negro pelo perfumado, blanco ocultando los pechos encendidos en dulce erección de pezones, blanco que me niegas coqueta o misteriosa como alada esfinge, blanco perturbador de mis instintos que pulsan sus deseos en ti. Todo blanco para tus senos suaves escondidos en la cascada oscura de tu pelo, tibias palomas de sueños que tus manos anidan eróticas y donde mis labios sucumben a la visión de tus pechos inalcanzables. Solo veo el vestido verdiazul y la piedra verde, y algo del pelo negro negro y ese rojo en plena imagen, el rojo, el negro y tu piel, bajo el rojo sangriento se ocultan tus pechos y tu pelo negro negro asume la intensidad de una ola para marcar en tu pálida piel el limite de los sueños, del fuego sagrado, de los anhelos que te buscan, sangre y luto sobre tus senos como tarde de toros en la arena suave de tu piel. Tauromaquia de los deseos en corral, sol ardiendo en mis manos, sangre bullendo enardecida, negro el delirio sobre tu pelo. El largo y negro negro pelo de la loba cae sobre sus senos de niña, roza sus pequeños pezones, se escurre entre el surco tibio de sus pechos encendiendo lúbricas miradas, alzando los antiguos mástiles en los muelles cansados, abriendo las puertas a los deseos lejanos a las ansias de machos solitarios. No el verdiazul ni la piedra verde, sino el sensual blanco erótico, el ardiente rojo sangriento y el negro negro oleaje, sobre tu desnudez impenetrable.

Desde los años 2005 - 2006


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