viernes, 6 de marzo de 2015

ARCANOS DEL TIEMPO


“No las damas, amor, no gentilezas de caballeros canto enamorados; ni las muestras, regalos y ternezas de amorosos efectos y cuidados”. La Araucana, Alonso de Ercilla, 1569

Solo soy un solitario buscador de afectos sexuales, un explorador extraviado para siempre en los cuerpos desnudos de sus amantes, allí en las extensas praderas virtuales donde todo tiende a ser mentira, lo es o lo será, donde la lealtad no es moneda de cambio y donde se juegan secretos juegos de pervertidas fantasías obscenas e irreverentes que no suceden en la burda virtualidad real. Antes, en la selva gozadora de los alegres años del estío, fui cazador embozado, víctima o victimario, no importaba, solo el deleite del estremecimiento ancestral de la caza, el acecho, el sabor de la carne viva y humeando, los sabrosos jugos de la presa atrapada escanciados en un lecho de sedas ajenas. No soy un mero o vulgar acosador obsesivo, sino un tímido maldito seductor por el verbo incitante y la palabra barroca inmerso en ese universo virtual que es como el mundo de los sueños donde todo puede ser pero nada es. Un tierno predador de hembras solitarias vacías desengañadas esperando con ojos mustios y cansados un sultán azul sobre un blanco corcel, no sangrientas contiendas, aunque alguna vez las lunas traicionaron, sino densos fluidos vaginales en el humedal de las vulvas deseadas perseguidas alcanzadas. No he buscado la hermosura de un rostro inolvidable, cuerpo perfecto, curvas impecables, tersuras de piel angelical, senos hechos a mano, pero que no excitan la mente lujuriosa y por ende el cuerpo expectante, sino, la dulce miel de la quieta madurez, el cuerpo real, con mórbidos rollitos, pliegues etários, cicatrices, pechos caídos, blanduras, estrías y expresivas arrugas en el rostro entristecido por los malos inviernos, esa desnudez imperfecta pero veramente real que es lo me enciende. Sabido es, y he aprendido, que demasiada perfección anula el erotismo pues vuelve irreal, imposible, cualquier desbocada imaginación.


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