martes, 10 de marzo de 2015

LAS IMPOSIBLES PASAJERAS HABITANTES DE TETUÁN


Cruzan sin saberlo por la hendija del portalón entreabierto, por ese ángulo visual que las desnuda con los ojos machos del fauno furtivo, desde de un lejos tímido y contemplativo en gloriosos perfiles o escorzos, grandes, a veces dulces y caídas turgencias, de redondeadas blanduras apetecibles, abarcan todos los colores, formas, contornos y tejidos posibles. Por la vereda de enfrente o la esquina donde coinciden el Dante y Borges, atraviesan raudas, ufanas, atareadas, altivas e inocentes, ignorando la pervertida mirada que las desnuda, las soba, las acaricia, en esa casi instantánea visión de sus abundantes y tiernos paraísos, solo el sol ilumina feroz sus pasos por la cotidiana pasarela de las calles lentas y quietas. Van con el garbo vertiginoso de macizas vestales globulosas, esbeltas hembras tetonas, egregias matronas rubenianas, desde la doncella de verde fosforescente, por la densa filigrana negra y blanca ahí afuera tan a mano o inmensas e incoloras asomadas en la antigua casona del otro lado de la calle de árboles y un poco solitaria, hasta el gran anaranjado clarísimo caminando desde el poniente como en un grand finale. Floreadas dunas maduras, hendiduras de los escotes inquietantes, las comba acornisadas con sus suaves bamboleos, orgullosas tetamentas atrapadas en la avenida y en la calle, en el tumultuoso conventillo, o en el voyerista oriente perforado, en la feria libre entre flores y verduras, jugosas sandias y perfumados melones. Lo demás son los imaginados pezones, breves protuberancias alguna vez punzando la tela, la cálida palidez de la mórbida piel sostenida, la abultada voluptuosidad, muelle, llena, sagrada. No las blancas colinas (i), gemelos de gacela (ii) o caracoles blancos (iii), ni aquella obviedad de las tibias palomas, solo deseadas frutas maduras, inasibles incopables, impalpables e imposibles para el edípico obsesivo que acecha con las manos vacías y los labios sedientos.

(i) Poema 1. Pablo Neruda
(ii) Cantar de los Cantares 7:3. Salomón
(iii) Poema 8. Pablo Neruda

Imagen: Venus de Willendorf, estatuilla antropomorfa femenina de entre 20.000 y 22.000 años a.C.

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