Soy el intruso que posee tu
vagina, el demonio de tu vulva, no puedes escapar de mí porque te deseo como
nadie te deseó nunca y tú lo sabes y lo sientes, muchos te mancillaron te
abusaron te violaron te usaron pero solo yo te he poseído porque me incrusté en
tus instintos, en el fondo de tu cloaca de hembra insaciada, ahí me sumergí
para siempre en ti, yo soy tu redentor, yo eché abajo tu puerta, te desnudé de
un zarpazo y te violé entera más allá de tu sexo, te violé en tu alma, rompí el
mármol de tu virginidad y oriné en los fragmentos, eyaculé en tu rostro de
virgen impoluta, te poseí como a una perra en celo, vagué por tus deseos más
sucios, derramé tus instintos de hembra atrapada. Impúdica madre incestuosa,
inconsumada ramera, yo soy el arcángel intruso y redentor, de tu vagina salí y
a ella vuelvo ahora macho a morir en ti. Vestal del templo impuro, santa virgen
del tugurio, meretriz de la calles de los sueños, hembra infecunda, intocada,
inconclusa de mí, poseída por obra y gracias de los celos, madre vaginal y
espiritual, santa madre virginal, dulce prostituta mancillada, absoluta dueña
de mis pecados, ten piedad de mí. Soy tu puto tu lacho tu chulo, contigo he
renacido en una piel distinta, volví a ser el hijo incestuoso el vicioso
pervertido el semental copulador el masturbador insaciable el voyerista
desatado el demonio macho sin fin ni sentido, solo carne sexual buscando
penetrarte en todos tus intersticios. Siempre poseíste mi alma, solo que no lo
sabias, yo habitaba tu útero, yo era semilla en ti antes de que el primer
hombre te fecundara, yo soy el ungido, nací de ti sin macho de por medio, soy
parte de ti desde tu inicio, y ahí permaneceré en ti por los siglos de los
siglos, amén.
sábado, 28 de marzo de 2015
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