domingo, 29 de marzo de 2015

DESDE LEJOS LAS EVASIONES Y TU INVESTIDURA


Para aquellas íntimas driades

Puedo pensarte a través de la noche, atravesar la ciudad que duerme, llegar a tu lado invisible y sorprenderte ardiendo en tu lecho en silencio con el mismo fuego que llevó me hacia ti. Allí tu vigilia es esa leve inquietud en tu cuerpo dormido acusando silenciosa la intensidad con que te pienso. Puedo buscarte mariposa evasiva entre la quejumbre de sueños que desbastados por los años de sombras reconocieron tu voz en el silencio. Asirte en medio de tus ansias, asustada ante las palabras y deslumbrada, casi dormida entre susurros y el corazón inquieto. Embriagarte en cercanías aun sin tocar tus alas. Rescatarte del tedio de tus días, de las noches, las tormentas, las ausencias. Puedo declararte ninfa del bosque del deseo, ungirte con el agua de la vertiente de mis sueños vegetales, oscuros, embebidos de la humedad las selvas que fluye en los breves arroyos hasta los torrentes de los anhelos. Conferirte todo el mágico poder sobre las sombras de mi espesura, sobre las hojas resecas del otoño, sobre las frías lluvias del invierno, sobre los capullos de la primavera y sobre la madurez total del estío. Proclamarte la Driadé intensa que acecha entre el verde follaje de las noches de mis insomnios, fugitiva y lúdica, siempre deseada. Duermes, mi mano se escurre furtiva y lenta por el suave interior de tus muslos, hay un leve aletear de mariposa entre tus piernas, mis labios apresan tus labios. Tu mano sutil roza despertando el animal que acecha inquieto. Permanecemos casi inmóviles boca con boca, solo las manos hábiles. Es noche calurosa en medio de este inicio de otoño, tu lecho arde en la penumbra ansiosa, cruzados los cuerpos en convergentes deseos e íntimos sudores, desatados los anhelos, las bocas entreabiertas. Si allí te estremeces dormida bajo el oleaje de mis impúdicos tocamientos, aquí mi mano es tu mano que acaricia la trémula piel erguida y ansiosa.

2001-2008


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