Para V., floral
Entre los rectos y fríos muros
grises con su antigua puerta de hierro y atrás el jardín de verdioscuro follaje
tu cuerpo en azul blanco calipso destella como otra floración misteriosa. Tu
piel morena, delicada miel expuesta, atrapa en su tibieza los deseos que giran como
leves mariposas ocultas en tu blusa. Vuelan intranquilos mis ojos en besos de
tus dulces manos hacia tu rostro y suben ardientes por tus brazos y se hunden
felices en tu escote y saltan atrevidos por tu boca escapando del embrujo de tu
mirada. Delineo tu entera silueta con el detalle del amante, exploro cada
sensual recoveco, cada línea o curva o perfume con la calma del que desea en
secreto y la pasión del que por ti desespera. Estás allí detenida en el portal sin
saber aun si vienes o vas, sin atreverte, como esperando, pero la puerta ya
esta abierta y esa tenue sonrisa te delata. Irrumpe la intensidad de tu imagen como
un oleaje incesante y sensual, dibujada contra la áspera madera y el verde
follaje de una breve selva. Irrumpes coqueta, femenina, soberbia, y tu cuerpo
es un arco tenso y tibio, voluptuoso en sus curvas incitantes. Tu piel se me
enciende en sus visiones: tus manos son tu espejo secreto porque rozan la
textura de la corteza o esconden sutiles el lugar del deseo, tu escote en su
recatada desnudez me quema como una deliciosa hoguera urgiendo los deseos del
fuego de un beso, tu rostro sonríe en tu boca y tus ojos y en su dulce belleza
de mujer solitaria. Sobre tu imagen deslizo mis labios por el breve esplendor
de esa pierna porque no alcanzo a besar tu pie.
2009
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