Hoy el día amaneció con deseos de
ti, de tu prometida danza erótica, de tu alma de lasciva odalisca, de vestal
obscena del templo de las poderosas lujurias, de ninfa danzando velada por el
bosque de los deseos. Allí bailas desnuda como mórbida Terpsícore sobre la
grama erecta de mis anhelos de poseerte mientras la música bailable te hace
mover las caderas en un lúbrico bamboleo, como un denso huracán de aguas
lentas, como un viscoso oleaje que sigue las mismas ondulaciones de tu pelo
negro negro en su cascada sinusoidal. Y mueves y remueves tus pálidas nalgas, agitas
enloquecida tu ampulosa tetamenta ebria del ritmo o la cadencia que te invade
como un licor untuoso anegándote, y te vas en esa atlántica música costeña, te
me pierdes en sensuales movimientos arrastrada por la mística cumbiamba. Sé que
un día te veré bailando para mí en tu habitación para excitarme más aun a la
distancia de unos pasos, o me veré en un sueño bailando contigo muy juntos
lentas canciones románticas o envueltos en una caliente lambada, ambos desnudos
restregándonos libidinosos nuestros cuerpos acoplados en un impúdico abrazo, mi
verga punzando tu vulva. Y te veo imagino bailando un fogoso ritmo de tu trópico,
desnuda, solo para saciar mi voyerismo vicioso, y bailas el ritual del Palo de
Mayo haciendo un círculo alrededor del tronco erguido y duro de mi masculinidad,
tú allí bailando la punta, la zumba, la guanara y gulye, desatada en sensuales movimientos,
bailas, danzas, te curvas y te cimbras, te estremeces bajo el perlado sudor que
va cubriendo tu piel pura de bailanta bailadora bailarina bayadera meneando tu
carnalidad excitante para tu potro inmóvil que se masturba en tu honor observándote
con la lascivia con sus entrecerrados ojos penetrantes.
miércoles, 18 de marzo de 2015
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