viernes, 14 de noviembre de 2014

ASUNTOS PENDIENTES


«A aquella que le quepa el sayo, que se lo ponga»

Nos quedaron pendientes las locuras de una noche entera de atardecer a madrugada, con vista al mar o al crepúsculo, solos viviendo en la inmensidad de un nocturno imposible. Te quedó sentir mis voces anteriores vertiendo el amor y las ternuras que no alcanzaste a conocer por el destiempo y la brevedad, mis caricias de náufrago solitario, de extraviado pasajero, de niño macho asustado, mis brazos acogiendo tus desasosiegos y tus soledades, te quedó pendiente ver mi rostro sin máscaras y mi silueta verdadera. Me quedó pendiente sentir tus celos de mantis vengativa, esa posesión instintiva de fiera egoísta y posesiva mordiendo mamando chupando succionando con la furia de la hembra desbordada, vivir tu voracidad esencial de antes del destierro, sin pudores ni recatos, abierta al placer de tu sexo y al goce del otro. Nos faltó hacer sentir el amor como los gatos y los escarabajos, como los perros callejeros y las mariposas instaladas, como los ángeles castigados y los caracoles pervertidos. Nos quedó la vivencia perturbadora de tú ahí recostada desnuda boca arriba con tu mano en tu vulva masturbándote a tu gusto y ganas, yo ahí a tu lado hincado frente a tu estomago masturbándome a mi modo y gusto, ambos motivándonos incitándonos excitándonos el uno al otro con quejidos susurros y palabras soeces, deleitándonos de esa intensa cercanía sin rozamientos no manoseos hasta que te retuerces en un orgasmo sublime y yo derramo mi semen en una gloriosa eyaculación sobre tu ombligo. Nos quedó el sabor de lo poco, de los conchos y las borras de dos seres que ya habían vivido lo justo y necesario, la triste sensación de lo inconsumado y la pena de lo que pudo haber sido perpetrado y no lo fue.


No hay comentarios: