domingo, 9 de noviembre de 2014

UN SOMMEIL ROUGE AVEC LA COMTESSE


Amiga, anoche tuve un sueño asombroso, soñaba que estaba solo en la casa y nos comunicábamos por Skype, tu conectabas tu cámara y chateábamos un buen rato, tu estabas solo con un babydoll rojo cortito, muy sexy, y mientras conversábamos yo te espiaba calladito desde acá, y tú entretenida con los temas te olvidabas que yo te estaba espiando, deleitándome con el delicioso espectáculo de tus muslos con sus manchitas, de tus movimientos de piernas que juntabas y restregabas lentamente, no pude contenerme, en el sueño, y como estaba ya con pijama comenzaba a tocar y sobajear mi miembro que poco a poco se iba erectando, hasta que se me ocurría llamarte al celular y seguimos así conversando por teléfono y yo mirando extasiado tu imagen en Skype, seguía atentamente tus movimientos, tu mano que a veces acariciaba tu cadera, bajaba (o subía) el borde del babydoll sobre tus muslos, y eso me excitaba más y más, e inicié una masturbación suave y lenta, y tu no te dabas cuenta de nada porque yo mantenía mi voz tranquila y normal, así pasaron mas de dos horas, tú, no sé si sabiéndolo o no, seduciéndome a fuego lento y yo, muy consciente, excitándome con la visión de tus muslos, a veces de tu escote, y algunas pocas con tus vellos ralos que al moverte quedaban expuestos a mis ojos por unos escasos segundos, y tú tenias hambre de algo salado, y yo de una roja flor del ruedo de tu babydoll y de la manchita corazón o mariposa, entonces, en el sueño, comenzábamos a despedirnos y entramos en un delicado juego de excitación mutua, sobre si yo me estaba tocando y tú que te excitabas, y seguimos avanzando en esa lúdica trama hasta que yo reconocía que hacia rato que me estaba masturbando y tu me decías que si escuchabas mis quejidos te excitarías y yo comencé a quejarme y susurrar demostrándote mi excitación y mi masturbación, y así te excitaste y llevaste tu mano a tu vértice vórtice y comenzaste a masturbarte ahí frente a mis ojos ansiosos y seguimos juntos así, tu allá y yo acá, entregados al ceremonial masturbatorio como si yo estuviera ahí en tu castillo, y todo se aceleraba y seguíamos tú en silencio y yo desatado diciendo tu nombre hasta que, en el sueño, eyaculé como un desaforado mientras tu hundías tu mano en tu vulva envuelta en los pliegues de ese rojo del babydoll que tenias puesto en mi sueño.


No hay comentarios: