lunes, 3 de noviembre de 2014

MALAMIGA


Te me niegas, me evades, te escondes, te ocultas a mis ojos fisgones de voyerista vicioso, me quitas la vivencia de espiarte desde un lejos lúbrico y masturbatorio, no me das ni la sal de tu sudor ni el agua que escurre acariciante por tu cuerpo desnudo. No veré tu espalda escurrida ni las cascadas que caen desde tus glúteos, ni tus manos enjabonando pudorosas tu pecho tu estomago la breve oquedad de tu ombligo tu vientre tu pubis, no te veré inclinada enjabonando tus muslos tus rodillas tus piernas a lo largo tus pies y cada uno de sus deditos, no te veré como una sensual arquera enjabonando tus brazos, no oiré lo que cantas en susurro cuando te duchas alegre del día que viene. No veré las gotitas de agua estremeciéndose como diamantes heridos de luz en tus ralos vellos púbicos, no veré el agua tibia escurriendo por el surco salvaje de tu vulva, cauce cárcava canal de lujurias y goces, ni tu clítoris anegado como una pequeña isla de carnalidades y placeres, ni el vórtice de tormenta y aguacero en torno a tu pezón dormido. No obstante, no puedes evitar que imagine el agua que escurre acariciante por tu cuerpo desnudo, tu espalda escurrida, las cascadas que caen desde tus glúteos, tus manos enjabonando pudorosas tu pecho tu estomago la breve oquedad de tu ombligo tu vientre tu pubis, a pesar de tus recatos de convento puedo imaginarte inclinada enjabonando tus muslos tus rodillas tus piernas a lo largo tus pies y cada uno de sus deditos, imaginarte como una sensual arquera enjabonando tus brazos, imaginar que escucho lo que cantas en susurro cuando te duchas alegre del día que viene, imaginar las gotitas de agua estremeciéndose como diamantes heridos de luz en tus ralos vellos púbicos, el agua tibia escurriendo por el surco salvaje de tu vulva, cauce cárcava canal de lujurias y goces, en fin, imaginar tu clítoris anegado como una pequeña isla de carnalidades y placeres o el vórtice de tormenta y aguacero en torno a tu pezón dormido.

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